Homenaje
a Félix Leborgne.
Hoy
me corresponde hacer el homenaje a un grande, amigo
de muchos de nosotros y mío en particular. Un apellido
ilustre en el estudio de la patología mamaria…FELIX
LEBORGNE PUEYRREDÓN (1935-2009)
Mi relación con F.L. comienza en el 1967 en ocasión
del Congreso Interamericano de Radiología en Punta
del Este, donde Félix fue premiado, esa relación
nunca fue interrumpida.
La formación de los primeros radiólogos mamarios
sudamericanos se hizo con los Leborgne y de esa
experiencia todos estamos orgullosos.
Félix Leborgne, nació en una familia de médicos
radiólogos y radioterapeutas oncólogos y descendiente,
por su madre, del prócer argentino exiliado
en Uruguay.
Su padre Félix y su tío Raúl, conocidos internacionalmente
como los hermanos Leborgne, crearon en el Instituto
de Radiología y Centro de Lucha contra el Cáncer
un centro de asistencia, investigación y desarrollo
científico único en la especialidad en Latinoamérica.
Inventaron la mamografía, la tomografía
laríngea y fueron pioneros en la radioterapia
del cáncer de laringe, cuello uterino y mama y además
con la singularidad de hacerlo con equipos construidos
por ellos mismos.
Félix hijo empezó a trabajar en forma honoraria
en el Instituto del Hospital Pereira Rossell
de Montevideo en el año 1954, y ayudó a su padre
a construir el primer centellógrafo de
radioisótopos que funcionó del punto de vista clínico
en el mundo.
Dedicó toda su vida a este Instituto haciendo la
carrera de Salud Pública hasta llegar a Director
del mismo, treinta años después.
En
1958 se entrenó en Canadá en el uso de la cobaltoterapia.
Posteriormente hizo pasantías en el M.D. Anderson,
de Houston, en el Royal Marsden de Londres y en
la Fundación Curie de París.
Con
su hermano José Honorio, hoy con nosotros, hicieron
una dupla imbatible en la elaboración y concreción
de proyectos.
El
Instituto de Radiología y Centro de Lucha contra
el Cáncer del Hospital Pereira Rossell era entonces
un centro de referencia mundial con una permanente
auditoría de los resultados y estudios estadísticos,
creaciones de técnicas radiantes, por lo que pocas
opciones le quedaban a Félix para no lograr la excelencia.
En
dicho hospital público, F.L. fue responsable de
la instalación de unidades de Cobalto. Introdujo
el uso del primer acelerador lineal de uso público,
instaló el primer sistema de planeamiento de los
tratamientos por computadoras dedicadas, fue el
primer servicio público en disponer de un sistema
de braquiterapia ginecológica de alta tasa, a control
remoto.
Fue
pionero en la utilización de la tomografía computada
en la planificación de los tratamientos radiantes
que fue implementado como rutina en
el Hospital Pereira Rossell.
Fue
un instigador en el tratamiento conservador
del cáncer de mama y continuó investigando en mamografía.
En 1990 definió un aspecto radiológico
que se denominó “Lesiones probablemente benignas”,
las cuales son citadas internacionalmente como “el
estudio Montevideo”,que permitió una
reducción sustancial de las intervenciones
quirúrgicas en la mama, casi simultáneamente con
Edward Sickles en USA, nuestras ahora conocidas
BI-RADS 3.
En
el mismo hospital público desarrolló la citología
bajo punción ecográfica y la biopsia de mama en
forma ambulatoria, disminuyendo las agresiones quirúrgicas,
naciendo prácticas más ecológicas.
Publicó
cerca de 150 trabajos científicos en revistas auditadas
y libros, su nombre figura en los libros de texto
de la especialidad.
Todo
esto ha acompañado una intensa actividad docente,
miembro de las más importantes sociedades científicas
extranjeras y también nacionales, culminando con
su nombramiento de Académico de Numero.
Desarrolló
una actividad médica y asistencial excepcional,
en calidad y volumen.
Implementó
con los cirujanos la detección del ganglio centinela
en la cirugía conservadora del cáncer de mama y
el Pereyra Rossell fue el primer hospital público
en disponer de este sistema.
En
todo ese gran Instituto no era el Director sino
el Dr. Félix. Ponía de su bolsillo todo lo
que faltaba, desde papelería, drogas o instrumentos.
Ayudaba
a sus colaboradores técnicos, físicos y colegas
para viajar al exterior a perfeccionarse.
Transformó
el “Instituto” en un centro internacional
de entrenamiento, nombrado por la Agencia Internacional
de Energía Atómica. Con estos servicios consiguió
en contra-prestación, le enviaran equipamiento
en lugar de dinero, logrando un gran nivel tecnológico,
por lo que el servicio llegó al mejor nivel internacional.
Trabajó
en ese instituto toda la mañana, de todas
las mañanas y atendía personalmente a sus pacientes.
Todos
los hospitales del interior y Montevideo sabían
que lo podían consultar telefónicamente porque él,
siempre estaba…
Implementó
en su área privada la mamografía digital, y ya enfermo
implementó y dejó instalado la radioterapia de intensidad
modulada, un legado para el país,
antes había desarrollado la radioterapia tridimensional
conformada tanto para la actividad pública
como para la privada.
Obtuvo
que a su forma de decir, los pacientes públicos
en el Hospital Pereira Rossell fueran atendidos
con las mismas facilidades que en el hospital privado.
Félix
fue una persona sobria en su manera de vivir, sin
ninguna exposición mediática. El bajo perfil
era su lema.
Su
vocación fue la asistencia y la investigación
médica.
Fue
un humanista en todo el sentido de la palabra,
amante de la naturaleza, de la literatura, muy especialmente
del teatro y de las artes.
Será
difícil reponer una persona con tantas cualidades,
un servidor público nato, total y abnegado. Félix
fue un deportista cabal, navegante insigne, participó
de importantes regatas internacionales, gran ciclista
y entusiasta golfista. Con su mujer, Denisse, hoy
aquí presente, constituyó una pareja envidiable,
lo acompañó en todos sus delirios…
Aquí
la Sociedad Iberoamericana de Imagen Mamaria le
rinde su merecido homenaje. Félix, no te olvidaremos…
|